PostHeaderIcon Introducción

Este libro es el producto de la observación del tratamiento en pacientes que he realizado por más de 27 años de trabajo en la kinesiología.
Ciencia del estudio del movimiento humano, que actúa tanto en la prevención, cura y desarrollo de las capacidades del gran fenómeno que significa, ser un animal con capacidad de desplazarse en forma bípeda y poder dejar libre sus brazos y manos para actuar estos bajo la acción del pensamiento humano.

Personas como Leonardo da Vinci o Miguel Ángel de Buonarroti, pueden ser expresiones extraordinarias de cómo el pensamiento se plasma por medio de la mano. Pero la mano es la continuidad de toda una postura corporal que se expresa por ese extremo, como un deportista con un pie puede deleitar, o un actor con gestos y movimientos de todo su cuerpo.

Pero también el movimiento se resiente frente a la enfermedad. La observación sistémica de enfermedades que han causado severos trastornos del movimiento por décadas, me llevaron a recorrer el estudio de la anatomía.
Desde una óptica más actualizada que la de los primeros maestros que abrieron el camino, y solo podemos agradecer y agradecer las puertas que nos abrieron, a la actualización y pedir poder seguirla todo lo que haga falta, que por cierto es mucho.
¿O acaso algún estudio es definitivo y determinante?

También la biomecánica tradicional me condujo por los avances de la nueva anatomía de las fascias y estructuras miofasciales a la comprensión de una biomecánica distinta, mucho mas integradora y vinculada al tono neuromuscular y tono mecánico.
Pero no alcanzó, y gracias a esa falta encontré la biomecánica evolutiva y el rol de los órganos viscearles en la postura y su dinámica.

En este libro trato de acercar conocimientos de anatomía y biomecánica evolutiva, nacida de la interpretación del largo camino de la evolución postural humana.

En su icono: La bipedestación y marcha bípeda, relacionándola con patologías actuales de la sociedad de nuestros tiempos, para un mejor entendimiento, que permita diagnósticos con sentido común.
Dando tratamientos adecuados a una sociedad que vive sus falencias, expresadas en síntomas corporales que parecen decirnos de donde venimos.
Y por más tecnología y bienestar, no podemos prescindir del cuerpo como si fuese un estorbo.
Por el contrario, vivirlo confortablemente sin perder la óptica de un cuerpo en movimiento liberado de tensiones parásitas, es un cuerpo que brinda placer.